![]() |
| El Castillo de Sant´Elmo |
Estando en Nápoles y tras poder visitar muchos de sus lugares más imprescindibles, decidimos una tarde por fin, encaminarnos hacia el gran Castillo de Sant’Elmo para visitarlo, y disfrutar desde allí (con más de 250 metros
de altura sobre el mar), de las maravillosas vistas que se tienen del Monte Vesubio, el Mediterráneo y la isla de Capri, durante el atardecer. El Castillo de Sant’Elmo, se encuentra en la colina del Vomero, en la
parte más alta de la ciudad, es el castillo medieval más grande que ver
en Nápoles. Su construcción, en el Siglo XIII, en forma de estrella de seis
puntas y rodeado de un amplio foso, lo convirtieron sin ningún tipo de duda, en uno de los castillos más inexpugnables de todo el sur de Italia. ![]() |
| Las grandes murallas del Castillo de Sant´Elmo |
Las filas son cortas en la mayor parte del año. En el verano puede haber un poco de fila según el día y el horario.
Precios de entrada
La entrada cuesta 5€. (De miércoles a lunes, entrada antes de las 16:00). Si es después de las 16:00, son 2,5€.
Los martes cuesta solo 2,5€ (el Museo del Noveciento cierra ese día). Los menores de 18 años entran gratis.
![]() |
| Entrada al Castillo-Escudo de Carlos V |
![]() |
| Puente levadizo de la entrada |
El Castillo representa uno de los más significativos ejemplos de la arquitectura militar del Siglo XVI. Siete aspilleras aseguraban la defensa a los
guardias del puente levadizo, en caso de ataque antes de que lograran
cerrar el puente levadizo. Después de
este segundo ingreso inicia la rampa final de entrada al castillo: en la
segunda curva se abre, a la derecha, una amplia ventana que se asoma
sobre la ciudad y el casco antiguo. Más adelante, a la derecha, un
portal en toba te introduce en los locales destinados como cárcel. Las primeras noticias históricas sobre el castillo se remontan a 1329, cuando el rey de Nápoles de Roberto I ordenó al regente de la Vicaria (barrio céntrico de Nápoles), Giovanni de Haya la construcción de un edificio, el "Palatium castrum", sobre la cumbre de la colina de Sant' Erasmo. Los arquitectos encargados de esta obra fueron Francesco de Vico y Tino di Camaino; tras la muerte de este último, en 1336, le sucedió Attanasio Primario y
luego, en 1340, Balduccio de Bacza. Los trabajos se completaron en 1343 con el reinado de Juana I ![]() |
| Zaguán de la entrada al Castillo con dos cañones |
Al pasar un pequeño puente, nos encontraremos con la "Grotta Dell' Eremita" (La Gruta del Ermitaño), una cueva que, según nos cuenta la tradición popular, se habría hospedado allí en tiempos antiquísimos a un anacoreta. En la planta estelar de seis puntas del gran Castillo, que avanzan veinte
metros con respecto a la parte central se colocaron, en lugar de los tirantes,
enormes cañoneras abiertas en los rincones entrantes. Esta insólita
estructura militar sin torreones, que suscitó muchas críticas al momento
de la edificación, ha resultado muy funcional en los años. Rodeada por
un foso, también esta dotada de una gran cisterna para el abastecimiento del agua. 
El Castillo de Sant’Elmo ha sido protagonista en varios momentos de
la gran historia de Nápoles: durante la "Revuelta de Masaniello" de 1647, el Virrey duque de Arcos se refugió allí y en 1707 estuvo asediado por las
tropas austríacas; durante el 23 de enero de 1799 los napolitanos izaron allí finalmente la
bandera de la República. El Castillo ha tenido una larga historia de asedios. Por su importancia estratégica, la posesión de este Castillo siempre ha sido
muy ambicionada: desde su gran posición se puede controlar la
ciudad, el golfo y todas las calles que llevan a Nápoles desde las alturas y sus alrededores...

Continuamos el recorrido con la visita a toda la zona superior de este enorme Castillo, conocida como la "Plaza de armas", allí era en donde se encontraban
ubicados los alojamientos de los "castellanos" y de los oficiales. Actualmente
se puede ver la iglesia de ST. Elmo, construida en el 1547 y que fue reconstruida tras
la enorme explosión del polvorín provocada por un rayo en 1587. La iglesia de S. Elmo alberga el sepulcro del primer castellano, D. Pedro de Toledo, homónimo del Virrey.
![]() |
| Plaza de Armas del Castillo |
En esta "Plaza de armas", se levanta la conocida "Torre del Castellano": los
locales que la componen representan lo que queda de los alojamientos del
comandante y del personal del castillo. La pavimentación de la plaza se
remonta a la época de la construcción. Debajo de esta gran "Plaza de armas", hay dos
enormes cisternas para segurar el suministro de agua a toda la guarnición en
caso de asedio. A la izquierda de la torre hay una pequeña rampa que
conduce a una terraza dando sobre la parte occidental de la ciudad.
Continuando, a la izquierda, están los locales destinados para la
prisión militar desde 1915. LA GRAN PLAZA DE ARMAS DEL CASTEL DE SAN´T ELMO![]() |
| Iglesia de San Erasmo |
Dentro de esta gran plaza, hay una pequeña iglesia dedicada a "San Erasmo", construida por el arquitecto español "Pietro Prati" en el 1547. Posteriormente, la estructura de esta iglesia, también fue remodelada por "Domenico Fontana". En el interior posee un pavimento de mayólica y terracota,
típico de la "artesanía napolitana". Detrás de su altar se encuentra la tumba del
castellano "Don Pedro de Toledo", y además lápidas de otros
castellanos, como Martino Galiano, Giovanni Buides (1721) y Francisco
Vasquez (1776).
Se va acercando la hora del gran momento que estábamos esperando a la hora de realizar la visita a este enorme "Castillo de Sant’Elmo", la hora del atardecer. Muchas de las personas, ya sean turistas o incluso locales, suben para poder contemplar un "espectacular atardecer" desde sus terrazas. Aquí os,dejo algunas de las fotografías y videos de las hermosas imágenes y panorámica que se disfruta desde su privilegiada posición, Nápoles, el golfo y el gran Monte Vesubio.
* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia y de las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).











No hay comentarios:
Publicar un comentario